Si preguntamos a cualquier empresario, gerente o profesional de recursos humanos del sector de hostelería y turismo qué es lo que más temen, seguro que casi todos coinciden en lo mismo: despedir a un empleado.

No hay duda de que se trata de una situación muy estresante. Y si bien este tipo de interacciones nunca son del gusto de nadie, antes o después tendrás que enfrentarte a ella. 

Afortunadamente, podemos proporcionarte la información necesaria para superarla con aplomo y profesionalidad. En este artículo, desglosamos algunas situaciones comunes en las que es necesario prescindir de un empleado y te ofrecemos varios consejos específicos para gestionarlas. También te aportamos una selección de buenas prácticas para ayudarte a garantizar que esta conversación se realiza sin contratiempos.  

Si utilizas esta información como guía, estarás preparado para despedir a un empleado de forma profesional y amable, aunque puedas sentirte intimidado por el proceso. 

 

Cuando el rendimiento de un empleado no es el esperado...

Una de las recepcionistas de tu hotel no está cumpliendo las expectativas. A menudo llega tarde al trabajo, se dedica a hablar por teléfono mientras los clientes esperan a ser atendidos y no es diligente a la hora de responder a las peticiones y preguntas de los huéspedes. 

Has recibido quejas bastante frecuentes de clientes que no han recibido las toallas que solicitaron o que opinan que su trato no es amable y servicial.

Eres consciente de que su bajo rendimiento está afectando a la reputación de tu hotel y no puedes continuar excusando su comportamiento. Ha llegado el momento de prescindir de ella. 

 

Cómo gestionar esto

Es importante puntualizar que en este caso no estamos hablando de un despido objetivo, sino de un despido disciplinario. Hay una diferencia importante entre ambos términos. En un despido objetivo no suele existir responsabilidad por parte del trabajador, más bien se trata de recortes de plantilla por otros motivos. Por el contrario, esta situación requiere que despidas a la empleada debido a su bajo rendimiento.  

Una vez aclarada esta sutil diferencia, debemos centrarnos en cómo notificarle nuestra decisión a la recepcionista. Es necesario tener en cuenta varios puntos: 

  • Comunícate con el empleado en todo momento: Tu decisión no debería pillar al trabajador por sorpresa. Debes haberle informado de las expectativas a cumplir, de su rendimiento y de la necesidad de mejorar. Lo ideal habría sido que ella hubiera utilizado esa información para mejorar. Si no lo ha hecho, el despido está justificado y no debería sorprenderle.
  • Debes estar preparado para aportar pruebas: Debes intentar que esta conversación sea lo más breve y directa posible. Sin embargo, es posible que el empleado te pida que le des detalles. En ese caso, debes tener preparados varios ejemplos en los que quede patente que su rendimiento no ha estado a la altura de lo que se esperaba de ella, antes que hablar de generalidades.
  • Asume la responsabilidad: Por suerte o por desgracia, eres tú quien debe comunicar el despido al empleado. Esto significa que debes asumir toda la responsabilidad en esa decisión. Evita un lenguaje vago al estilo de “Todo el mundo se ha quejado de…” o “Nos hemos dado cuenta de que…” y en su lugar céntrate en tus propias percepciones. Aunque estás prescindiendo de una empleada, no es necesario abrumarla innecesariamente. 

Cuando tu empresa tiene problemas financieros...

El número de clientes de tu restaurante ha disminuido significativamente y tus ingresos son muy inferiores a los que solías tener. No puedes seguir manteniendo a toda la plantilla y debes prescindir de varios camareros.

Temes afrontar esta conversación. Este camarero siempre ha trabajado bien y su despido no tiene nada que ver con la calidad de su trabajo. Debes tomar algunas decisiones difíciles para mantener abierto tu restaurante.  

 

Cómo gestionar esto

Aunque es duro enfrentarte a esta conversación, ten en cuenta que el empleado al que vas a despedir lo va a pasar mucho peor que tú.  

Independientemente de lo preparado que estés, esta interacción probablemente no sea agradable. Aun así, puedes despedir a un empleado de la forma más profesional y comprensiva posible. Te mostramos cómo hacerlo. 

  • Sé franco sobre la situación: No importa desde qué perspectiva lo mires, ser despedido es siempre un trago difícil de superar. Debes remarcar que esta decisión no tiene nada que ver con el rendimiento del empleado, explicándole claramente la situación financiera en la que se encuentra tu negocio. Esto no mejorará las cosas para el empleado, pero al menos le hará ver que la situación estaba fuera de su control y que valoras su trabajo. 
  • Ofrece todos los recursos que puedas: Una de las mejores formas de ayudar a tu empleado es ofrecerle todo tu apoyo. Hazle saber que le proporcionarás las referencias o recomendaciones que necesite. Si conoces a alguien en el sector que necesite contratar personal, ofrécete a ponerles en contacto. Esto recalcará tu compromiso con ese empleado y quizás ayude a que la relación profesional termine de manera amistosa.  

Cuando tu empresa sufre una reestructuración...

Tu agencia de viajes se está manteniendo a flote desde el punto de vista financiero. Pero no es posible saber cuándo mejorarán las cosas, por lo que quieres ser proactivo y tomar decisiones estratégicas. 

Por todo ello, estás reestructurando y reevaluando tus prioridades, lo que significa que algunos puestos son redundantes y ya no son necesarios.

La mayoría de los agentes de viajes y especialistas están teletrabajando y como piensas que la situación no va a cambiar a corto plazo, ya no necesitas una directora de oficina y has decidido prescindir de ella. 

 

Cómo gestionar esto

Aunque esta decisión no está relacionada con el rendimiento del empleado, que te despidan siempre un trago difícil. El hecho de ser despedido puede hacer que el empleado se sienta poco importante y que incluso piense que nunca ha llegado a ser necesario.  

Como en este caso no es así, es importante transmitir esta noticia dejando este punto muy claro. Aquí tienes algunos consejos para hacerlo: 

  • Explica tus nuevas prioridades: Es importante recalcar que esta decisión no está motivada por el rendimiento del empleado, sino que está relacionada con la evolución de las prioridades de la empresa. Proporciona algo de contexto al explicar los cambios que estás realizando para que el empleado aprecie que esta decisión no está motivada por sus resultados o por la calidad de su trabajo.
  • Evita hacer promesas vacías: Especialmente si valoras tu relación con el trabajador, es tentador decirle cosas como, “Quizás si las cosas cambian en el futuro podamos contratarte de nuevo”. Si no tienes evidencia o la más mínima intención de cumplir esa promesa, evita ese tipo de afirmaciones. Dar falsas esperanzas a los empleados no conduce a nada.   

5 prácticas adecuadas para gestionar el despido de empleados

Tal como ilustran los escenarios anteriores, la forma en la que tú o tu jefe de RRHH gestionáis un despido dependerá de las circunstancias. Sin embargo, existen algunas prácticas idóneas que pueden aplicarse de forma general.  

 

1. Encuentra el lugar adecuado

Se trata de una conversación delicada y requiere un entorno adecuado. Encuentra un lugar tranquilo y privado donde puedas conectar con el empleado sin distracciones, interrupciones o a salvo de miradas curiosas. 

 

2. Da prioridad a la comunicación transparente

Especialmente si tu empresa afronta muchos despidos, ten en cuenta que las noticias vuelan cuando se empieza a convocar a los empleados a reuniones a puerta cerrada. Lo que pretendes es que tus trabajadores se enteren de lo que ocurre por ti y no a través de los rumores, así que asegúrate de ser franco y honesto con los empleados sobre la situación de la empresa y las decisiones difíciles a las que te enfrentas. 

 

3. Ensaya

Es totalmente normal estar nervioso al encarar esta complicada conversación, por lo que te aconsejamos que ensayes. Repite lo que quieres decir e intenta anticipar las diferentes maneras en las que podría desarrollarse la conversación. Esto te permitirá reflexionar sobre cómo responder a diversas situaciones.  

 

4. Gestiona tus emociones

Debes asumir que es posible que tu empleado se emocione al recibir la noticia de su despido.  El hecho de que tú des rienda suelta a tu emotividad (tanto si se te saltan las lágrimas o si te enzarzas en una discusión con él), solo logrará aumentar la tensión, así que intenta mantener la cabeza fría. Además, no hagas hincapié en cómo te encuentras o lo difícil que te resulta tomar esta decisión. En ese momento, tu estado de ánimo es lo último en lo que piensa el empleado y con razón. 

 

5. Debes estar preparado

Dejando las emociones a un lado, también existen cuestiones logísticas que deben tenerse en cuenta al despedir a un empleado. Desde información sobre una potencial indemnización por despido hasta cómo pueden ampliar su cobertura de seguro, asegúrate de tener toda la documentación necesaria preparada y organizada en una carpeta. Puedes darles esa información de inmediato, sin necesidad de que sean ellos los que te la pidan cuando la necesiten.  

 

Tu forma de despedir a un empleado dice mucho de tu empresa

La cultura de tu empresa  y tu marca de empleador no se nutren únicamente de interacciones y experiencias positivas. Tu forma de gestionar situaciones comprometidas, como la reestructuración de tu empresa, los despidos, las crisis de RRPP o los obstáculos inesperados, revelan mucho más sobre la integridad de tu organización. 

El despido de un empleado nunca será algo que esperes con ilusión. Aun así, es importante que estés preparado para gestionarlo con tacto y profesionalidad. 

Respira profundamente y sigue los consejos que te acabamos de dar. Despedir a un empleado nunca será fácil, pero esta información te ayudará a que el proceso te parezca algo menos estresante.